Cuatro
años. Cuatro años desde que España se proclamara flamante campeona del mundo.
Cuatro años desde que al escudo de la selección se le añadiera la estrella encima. Cuatro años, pasados, que hoy vuelven a hacerse un hueco en el presente. Vuelve el fútbol, vuelve la fiesta más grande: llega el Mundial. Se acabaron los partidos de cada domingo, se acabó ver a tu equipo cada fin de semana. Todos los países se unen este verano para apoyar a sus respectivas selecciones. Da igual cual sea tu equipo, de que parte vengas o dónde haya jugado durante el año cada jugador. El Mundial une países, une aficiones. Todos a una por un sueño común: ser campeones del mundo. Nada menos. Se acabaron las rivalidades, llega la fiesta del fútbol más grande del mundo. Que se aparten las Ligas y las Champions que llega el Mundial.
Cuatro años desde que al escudo de la selección se le añadiera la estrella encima. Cuatro años, pasados, que hoy vuelven a hacerse un hueco en el presente. Vuelve el fútbol, vuelve la fiesta más grande: llega el Mundial. Se acabaron los partidos de cada domingo, se acabó ver a tu equipo cada fin de semana. Todos los países se unen este verano para apoyar a sus respectivas selecciones. Da igual cual sea tu equipo, de que parte vengas o dónde haya jugado durante el año cada jugador. El Mundial une países, une aficiones. Todos a una por un sueño común: ser campeones del mundo. Nada menos. Se acabaron las rivalidades, llega la fiesta del fútbol más grande del mundo. Que se aparten las Ligas y las Champions que llega el Mundial.
El
Mundial es diferente. El Mundial atrae. El Mundial hace que gente que no sabe
de fútbol se siente delante de la televisión a ver los partidos de su selección
y animen como el que más. Hay que ver el fútbol, te guste o no te guste. Es el
Mundial y hay que ver el fútbol. Todo el mundo va a verlo, da incluso igual el
partido. Los hay que verán solo a su selección y disfrutarán con ella; los hay
también que verán todos los partidos sean cuales sean los equipos que jueguen.
Es la magia del fútbol. Es su grandeza que se expande por todos los continentes
y que refleja su máximo exponente en el Mundial. Ese Mundial que une a todos.
Ese Mundial de las ilusiones, de los sueños, de las esperanzas. Ese Mundial
para olvidar lo que hay detrás. Ese Mundial que nos separa un poco de la vida
real para transportarnos hasta – este año – Brasil, para que podamos soñar.
Para que disfrutemos del fútbol junto a los que lo llevamos haciendo todo el
año, y con los que se unen para esta gran cita. Todos los países, todos los
ciudadanos se visten de gala para homenajear al fútbol mundial. Para
emocionarse. Para disfrutar.
Brasil.
La sede del Mundial 2014 será Brasil. Un país de contrastes. Un país que se
engalana para recibir la fiesta del fútbol y ser el mejor anfitrión. Un país
que no siempre utiliza las mejores formas para conseguirlo. Un país sumido en
una fuerte crisis – como la que asola también a tantos otros países – pero que utiliza
sus recursos en el campeonato del mundo. Sus ciudadanos, descontentos
protestan. Las autoridades los reprenden. La fiesta además de luces, también
tiene sombras.
Maracaná.
Maracaná se engalana también a la espera de la final el día 13 de julio. Uno de
los estadios más espectaculares del mundo que se convertirá en la sede de uno
de los partidos más importantes del mundo. La FINAL. Brasil, que quiere ser
campeona en su territorio; o España, que quiere reconquistar el mundo.
Argentina que quiere hacerse con un nuevo lugar en la historia; o Alemania que
quiere mandar también en el mundo.
Miles de sueños, de ilusiones, de esperanzas, de emociones…miles de corazones latiendo en todo el mundo a toda velocidad gracias a un deporte que une pasiones: el fútbol. Gracias al mejor fútbol del mundo, que se cita este verano de 2014 en Brasil.
¡A
disfrutar!
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